Desde hace siglos, el mito de la Guerra de Troya ha cautivado a todos quienes leen la Ilíada del famoso poeta griego Homero; quien a lo largo de más de 15 mil versos, narra los acontecimientos de, quizás, uno de los enfrentamientos bélicos más populares en la historia de la humanidad.
En estas páginas, Homero relató el secuestro de Helena de Grecia a manos del príncipe Paris de Troya. Meleano de Esparta, enamorado de la mujer más hermosa del mundo en sus tiempos, convocó a los griegos para luchar contra los troyanos para rescatarla adentro de un enorme caballo, en una guerra que fue el punto de encuentro de muchos grandes héroes de la antigüedad, como Aquiles y Áyax.
Así, la Ilíada, considerado como uno de los poemas más importantes del mundo antiguo, datado del siglo VIII a.C., ha sido víctima de cientos de estudios e investigaciones, pues muchos historiadores aseguran que, en su mayoría, son relatos totalmente irreales, mientras que otros afirman que algunos personajes, en conflicto en sí mismo y los lugares que aparecen, podrían ser verdad.
La Ciudad de Troya
Diversos investigadores, aventureros e historiadores tomaron la Ilíada como el punto cero de partida para encontrar la ciudad de Troya que, tan detalladamente había sido descrita por Homero. Un sitio amurallado, ubicado estratégicamente cerca del mar Negro y protegido por un gran ejército comandado por el Príncipe Paris.
Algunos estudiosos comenzaron a juntar evidencias y referencias leyendo nuevamente lo escrito por Homero; poco a poco encontraron objetos y sitios tal como lo había descrito el poeta griego en su magna obra. Para el siglo XIX, muchos otros creían que se trataba únicamente de un lugar proveniente de la fantasía de su escritor, como otras ciudades legendarias tales como la Atlántida.
¿Dónde está Troya?
A pesar de las diferencias entre historiadores, fue en 1870, que el alemán Heinrich Schilemann, un famoso aventurero alemán, lideró una excavación hasta donde sus investigaciones lo habían llevado a creer que se encontraba la mítica ciudad amurallada; las colinas de Hissarlik, en la actual Turquía.
En su afán por encontrar vestigios que le permitieran afirmar con total seguridad que ese era el punto exacto donde se encontró en algún momento la mítica ciudad, descubrió tesoros, lanzas, escudos y otras reliquias que, con más certezas que dudas, garantizaban que ahí se erigió Troya.
En 1998, y a pesar de que algunos investigadores aún debaten sobre su ubicación, la UNESCO concedió al monte de Hissalnik el reconocimiento como Patrimonio innegable de la Humanidad, salvaguardando el sitio arqueológico de Troya por su inmensa importancia en la historia universal.