El Sevilla español afirmó este martes que condena "cualquier conducta fraudulenta" en el deporte, tras la investigación en curso por la que su jugador Kike Salas fue detenido este martes y posteriormente puesto en libertad por su supuesta implicación en un caso de apuestas ilegales.
No obstante, resaltó su "total respeto al principio de presunción de inocencia" de su futbolista.
"El Sevilla FC, tras los hechos acaecidos este martes en relación a nuestro jugador Kike Salas, quiere mostrar su total respeto a los procedimientos judiciales. Igualmente, quiere destacar su respeto al principio de presunción de inocencia de nuestro futbolista", indicó en un comunicado emitido en la noche de este martes el club español.
En su escrito, también precisó que, "naturalmente, el Sevilla FC condena cualquier conducta fraudulenta en el mundo del deporte, y en particular las que puedan afectar a la integridad de la competición".
Fuentes del club sevillista habían declarado previamente a EFE que la entidad respetaría "la presunción de inocencia" de Salas y que esperaba "recabar toda la información antes de tomar ninguna decisión".
Según dichas fuentes, el defensa continuará con su actividad normal mientras se esclarece su implicación en una trama de apuestas que, presuntamente, habría estafado "una cantidad que no alcanza los 10.000 euros".
Kike Salas, internacional sub-21 con España, fue detenido este martes tras el entrenamiento del plantel que dirige Xavi García Pimienta para ser trasladado a la comisaría de la Policía Nacional en la localidad sevillana de Morón de la Frontera (sur de España), su población natal.
Uno de los juzgados de Morón investiga la presunta implicación del canterano sevillista en una trama que obtuvo ganancias en las apuestas a raíz de unas tarjetas amarillas que él habría forzado que le mostrasen en la recta final de la pasada temporada.
Además de al futbolista, la Policía Nacional detuvo a otras dos personas de su entorno -las personas beneficiadas por las apuestas- y los tres quedaron en libertad como investigados después de comparecer en la comisaría de Morón y de que sus respectivos teléfonos móviles fueran clonados.
Foto: EFE/